La economía de lo orgánico
María Laura Jiménez
Últimamente, los alimentos orgánicos están dando mucho de que qué hablar; considerado como moda o no, diversos productos sin aditivos (no sólo alimentos) salen día a día para su venta en el mercado. Sin embargo, adoptar este estilo de vida puede ser una opción poco económica para la canasta familiar, es decir, un producto orgánico cuesta el doble de lo que uno industrial supone.
Estos productos de carácter “orgánico” son elaborados y/o cultivados sin la presencia de químicos fertilizantes, herbicidas, conservantes y componentes artificiales. Para así dar lugar a una producción de materia orgánica, beneficiando en gran manera a la salud y al medio ambiente en general. Entonces, el costo elevado no debería sorprender a los consumidores a la hora de seleccionar su mercado de los sábados.
Utilizando información de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO (por sus siglas en inglés), se ha logrado determinar la causa de la alza de precios por alimentos orgánicos de carácter certificado. La oferta de éstos insumos es limitada en relación con la demanda del mercado; además que los costos de producción son mucho más elevados por la mano de obra personalizada, los procesos y el transporte requeridos, pues al ser cantidades reducidas, no se puede alcanzar una industrialización completa. “Conforme aumenta la demanda de alimentos y productos orgánicos, las innovaciones tecnológicas y las economías de escala deberían reducir los costos de producción, elaboración, distribución y comercialización de los productos orgánicos”.
Sin embargo, el costo elevado podría justificar los beneficios que comprenden los productos orgánicos. Por ejemplo, al no utilizar químicos se genera menos contaminación y se protege del medio ambiente; se genera salud y bienestar para las personas e incluso animales, eliminando así gastos médicos consecuentes a una mala alimentación. También produce la creación de empleos debido a la producción individualizada, lo que sería favorable para diversos sectores rurales del país y el mundo.
Los lugares de adquisición para productos orgánicos son limitados, pero están en constante crecimiento. Un lugar ejemplar podría ser la Casa Mercado: “Hoy Hay”, que ofrece desde insumos, hasta productos terminados y de consumo directo día a día. Por ejemplo, desde sal con cítricos de carácter orgánico, hasta galletas de limón elaboradas con elementos sin aditivos. La importancia de transformar la manera de vida industrializada que se tiene en la actualidad podría llegar a ser una mejor manera de alargar nuestras vidas. Tener una alimentación sana y saludable siempre es un plus a la hora de cuidar nuestra salud, además de ahorrar unos cuantos bolivianos en médicos. Entonces ¿Te animarías a cambiar lo artificial por lo natural?
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